"Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro, a la mitad del camino". Sigmund Freud

viernes, 15 de julio de 2011

Curriculum vitae

Entre los 18 y los 24 años tuve muchos y muy variados empleos. No era que no durara por incapaz o poco trabajadora, no señor. De hecho, salvo algunas excepciones, solía hacer buenas migas rápidamente tanto con jefes como con compañeros.
La cuestión creo, era que estos trabajos no me despertaban el menor interés. Al año, meses más meses menos, me aburría o surgía otra cosa y renunciaba. Dos años fue mi máxima duración.

Fui promotora en la Rural de materiales para la construcción en seco (de los cuales sabía bastante. No, no se ría, es una información muy útil para...la vida...en general); fui vendedora en una talabartería (ese fue mi récord...duré un día) fui chica delivery en microcentro (¡no sea desubicado! Repartía comida, co-mi-da); fui cadete o "che piba", como más le guste; atendí el teléfono en un importante y conocido hospital de la ciudad de Buenos Aires (en el que hasta hace un par de años todavía tenían grabada mi sensual voz de locutora en el mensaje de bienvenida. No, no me pagaban regalías, aunque bien que lo usufructuaron); fui la secretaria laboral/ personal/súbdita y pseudo esclava de una afamada psicopedagoga (que al parecer de pedagogía no sabía ni jota); fui preceptora de adolescentes inadaptados en un colegio secundario; estuve en el sector de autorizaciones en una gerenciadora médica, en la cual decidieron que como estaba a punto de recibirme de psicóloga, era la más capacitada para atender y manejar todas las quejas de los inconformes, los llantos de los desesperados y los insultos de los furibundos.

Cuando finalmente tuve mi título, matrícula y foto -con zapan de 8 meses de embarazo-  incluidas, se podrán imaginar que toqué el cielo con las manos. Bueno, es una forma de decir ya que en ese entonces mi movilidad era bastante reducida.

La primera vez que entré en mi consultorio me corrió un escalofrío por la espalda.
Empezaba un nuevo capítulo en mi vida. Desde cero. Todo por estrenar. Incluso los muebles nuevos: el sillón para los pacientes, mi silla elegida especialmente, el escritorio, las cortinas.
Ahora si, sería la verdadera responsable de tantas mentes necesitadas.

Me senté en mi silla, elegida especialmente, y esperé.

Esperé.
Esperé.
Y esperé un poco más.

Descolgué el teléfono para ver si efectivamente funcionaba. Si, tenía tono.
Bien, todo en orden entonces.

Esperé un poco más.
Me tomé un riquísimo café.
Me puse mi abrigo.
Agarré mis llaves.
Y me fui a casa.

Ése fue mi primer día como profesional.

¿Cómo?

Si, fue uno de los mejores días de mi vida.

17 comentarios:

Dany dijo...

Me gustó el relato sobre la sensación de ser alguien que empieza como empezamos todos.....esperando, con poco y sumamente felices. Toda una aventura. El día que me recibí, mi jefe de aquel entonces me dijo: "Che Dany, ordename la biblioteca". Y lo hice tan feliz.....
Un beso.

Yoni Bigud dijo...

Veo que ha hecho muchísimas cosas que si no le sirvieron como experiencia, al menos podrá contárselas a sus pacientes para ocupar el rato. Eso es muy útil cuando en el sillón se encuentra bien acomodado el señor Roberto González, relatando con lujo de detalle las estupideces más variadas. Usted cuente y vaver cómo él interpreta lo que quiere.

Como profesional en ese solo día ya hizo más que yo, que lo único que he hecho en ese campo es vender mi firma. Bueno, está bien, no a cualquiera. A mi mujer. Y los pagos que recibo son muy discutibles. En su esencia, digo. Jamás vi una moneda.


Un saludo.

Sir Lothar Mambetta dijo...

¿Cómo no va a ser uno de los mejores días de su vida? Ése es el trabajo que yo quiero: llegar, tomarme un café, chequear si hay tono en el teléfono e irme para casa. Creo que nací para eso.

Un beso.

Canoso dijo...

Ahora, entre usted y yo, su trabajo es fantástico.
Lo primero que te dicen las psicólogas(porque yo, todas las veces que me atendí lo hice con mujeres)es:
__Mire, Señor Carugo, yo cobro equis pesos por sesión y usted tiene reservado el turno de las 16.00 hs de los días jueves.
Si usted decide no venir, igual le voy a cobrar porque mi tiempo vale como el suyo...
Besos, che piba.
(digo, licenciada)

Ochurus dijo...

Dany, muchas gracias. No hay nada como ese entusiasmo del comienzo. Todo muy "a estrenar". Su jefe estuvo astuto, era el día ideal para pedirle lo que sea.

Yoni, ¿usted dice que le cuente a mis pacientes estas mismas cuestiones que aquí relato? No señor, de mi vida privada hablo poco y nada. Utilizo el mismo criterio que para responder las preguntas sobre temas complicados que me hacen mis hijas: "sólo lo que preguntan y nada más que lo que preguntan", y por supuesto, al igual que con mi prole, luego añado "y esto, porqué me lo preguntás?".

No me mire con esa cara...soy del gremio de la salud mental, y en este gremio todos tenemos algunas cuestiones que revisar...

un saludo

Mambetta, pero mire qué piola, así cualquiera!¿ Y con el lucro cesante qué hago? Porque como el Batman de Adam West si el teléfono no suena, no hay laburo...

Carugo, no somos todas iguales (ni las mujeres en general, ni las mujeres psicólogas en particular). Yo solo cobro la mitad de la sesión cuando faltan sin aviso, o me avisan unas horas antes. Y esto lo implementé hace poco...cuando me cansé de ser plantada sistemáticamente por adolescentes con picos hormonales.

un saludo

Sir Lothar Mambetta dijo...

Con el clima (meteorológico) que hay por allá, mejor que no cese el locro.
Siempre puede cambiar a modo "Batman moderno" y salir a buscar por las calles: locos y delincuentes hay por todas partes.

Un beso, licenciada.

Pablo dijo...

Yo también me senté en mi silla, elegida especialmente, y esperé.

Esperé.
Esperé.
Y esperé un poco más.

Hasta que uno de los alumnos dijo "¿Esto entra en la prueba?" y ahí no me quedó otra que empezar a hablar.

Ochurus dijo...

Mambetta, tiene razón: delincuentes y locos hay de sobra.
A los primeros intento evitarlos, a los segundos los atraigo como un imán...ni me hace falta salir a buscarlos!

saludos querido

Pablo, pensé que iba a decir "hasta que me quedé dormido", pero estuvo mejor lo suyo. Venga al consultorio que le explico cómo poner cara de pócker, como si esperar frente a 100 alumnos fuera lo más natural y esperable (lo caza?) del mundo.
Soy experta en esos momentos incómodos. Ambos sabemos que usted no lo es.

un saludo

Martín dijo...

Y el primer paciente? No lo va a contar?
De vez en cuando me vienen ganas de no esperar y no hacer nada. Y le juro que no me quedo con las ganas.
Hasta la próxima cita, Licenciada.

Ochurus dijo...

Shimmy, claro que lo voy a contar...en otro post! Se va a tener que aguantar un poquito nomás...

un saludo

Damaduende dijo...

Ah, que lindo eso de poder trabajar de mil cosas mientras uno espera el trabajo adecuado... buenas épocas. El problema es cuando un trabajo que se supone temporal se queda atorado y no se va mas.
No, no hablo de mí, como se le ocurre, no trate de analizarme, yo sé como son ustedes los psicólogos, en el momento en que se eligen una silla se piensan que todos somos carne de divan - por cierto, una silla, no un divan?

Familiarizada dijo...

Hay un cuento de Landricina en el que un médico recién recibido pone consultorio en un pueblito. Cuando ve entrar a un señor, levanta el tuvo del teléfono y finge hablar con una señora que le agradecería haber salvado la vida de su hija. Corta y le pregunta al señor que ha entrado en que lo puede ayudar. A lo que el tipo responde: vengo a instalarle la línea telefónica. Contado x Landricina es para morir de risa.

Ochurus dijo...

Guada GN, SOMOS todos carne de diván, es así...pero no a la fuerza! Sólo por propia voluntad.
Siempre hay tiempo para encontrar el trabajo esperado...que no es nunca ideal!
Yo no uso diván, no me copa mucho la técnica, prefiero el cara a cara, y el "relâché" del sillón. Algunos hasta se sacan los zapatos!

Familiarizada, esssstá bien!!
Muy bueno! Yo no he llegado a tanto. Si me ha pasado que llamen y tenga que atender si o si y hablar en clave porque tengo un paciente delante que me mira curioso, hasta que mi interlocutor se aviva y pregunta "estás atendiendo?" "si!!!!", alivio final.

un saludo

Any dijo...

Que bueno que no llegó nadie a interrumpirle el café y la sensación de ser "la jefa" (como será? deberé esperar a la próxima encarnación para averiguarlo).
Ese día era solo pa' usté, ya vendrían otros días de agenda completa ...

salu2

Ochurus dijo...

Any, la sensación de ser la jefa es una de las cosas más maravillosas de mi trabajo, no se lo puedo negar.Soy mi jefa, mi secretaria y mi recepcionista, y me gusta que sea así.Mi agenda la manejo yo.

Ahora...recientemente volví a la dependencia (no sin dejar mi pequeño paraíso independiente)y el día que me depositaron el aguinaldo sentí que le estaba afanando a alguien...vacaciones pagas? ¿Si? Me merezco esto? ¡Increíble!
Todavía me estoy acostumbrando...

un saludo

Zeithgeist dijo...

genial! Nada como tener un curriculum asi de groso para poder decirle a cualquiera de los fracasados q pudiera pulular por su consultorio: vé querido? usted no puede seguir asi.. haga como yo.. y ahi nomas le largas toda tu biografía de empleada como para retobarle un toque la conciencia.

Ochurus dijo...

Zeithgeist, "retobarle la conciencia" me encantó! La voy a usar (a la frase, digo).
Groso? Bué, no se si tanto...pero por lo menos se sorprenderían de que su psicóloga haya pasado antes por tantos otros lugares.
Uno de los ejemplos laborales si lo uso eh? Otro dia le cuento...

un saludo